Algunos artistas no usan el fin de semana para descansar y quizás, mediando un corto recreo actoral, pueden salir de un personaje (y su universo) para entrar en otro radicalmente distinto aunque con el mismo y notable desempeño actoral . Ese es el caso de Vanesa Maja que se desafía cuerpo a cuerpo los sábados a la noche con diálogos y situaciones imaginarias (pero reales) en El amor es una mierda (de Cecilia Meijide) y al día siguiente nomás, los domingos antes que caiga el sol , se monta en otro reto unipersonal imaginariamente real y realmente imaginario , cuando resplandece por 6ta. temporada en Rosa Brillando. Un espectáculo de dramaturgia de la propia Maja conjuntamente con Juan Parodi y dirección de este último. Un hecho artístico que tiene todo para no dejar de relumbrar por infinitas temporadas como la poesía que sube al escenario.
Es que RB es una honda invocación a la obra de la distintiva poeta uruguaya (que nunca dejó de sentirse a la vez italiana) Marosa di Giorgio (1932-2004) en una puesta y apuesta 3D. Y no se necesitan anteojos especiales para tal efecto pues, las poesías de Marosa (y las perenes imágenes que disparan) se entraman haciéndose texto para narrarse, para contar su biografía, para arrimar al escenario su vida poéticamente vivida. Así el argumento se instala en el cuerpo y la voz de Maja, mientras las luces, la escenografía y la música en vivo (de Gonzalo Gamallo), rodean atractivamente y en armónica comunión a la actriz que evoca a la poeta.
Todo asegura una experiencia inusual e imperdible en, por lo menos, tres logradas dimensiones que dirige acertadamente Parodi. Y hay un retroproyector ( una suerte de aliado tridimensional humanizado e inconmensurable del dispositivo actoral ) que asegura el trazo en vivo de las imágenes, que acompaña con fidelidad a la poesía, que construye (junto a Maja) iconografías con una vitalidad mutante cuasi caleidoscópica, que forma cuadros que envuelven escenográficamente a la actriz, a la lírica y al público con recóndita lealtad al universo de Marosa.
Es que RB muda al escenario un mundo poético que sale de la naturaleza y pasa por la escritura para volver al origen. Si se quiere, al nudo inaugural tanto del teatro como de la inspiración de Marosa , para luego hacer un recorrido donde es posible, con recursos ampliados, al leer, oler flores; al imaginar saborear frutas; al sentir, erotizarse; al emocionarse reír, llorar, comer , gritar… Todo eso expande en escena RB como en homólogo registro con Los papeles salvajes (2008) un texto que reúne la obra poética de di Giorgio.
No hay escapatoria a la creación artística construida en Rosa Brillando como invención que fusiona a Marosa y Maja. El que leyó con pasión Marosa , querrá ir al teatro; el que vio la obra y no sabía de su poesía, correrá a por sus textos; y el que ni una cosa ni otra, ojalá desee ir a ver la pieza teatral pues parafraseando a Marosa: “No querra morir, solo por no dejar de desear”
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